RESABIO
No has muerto.
Retorno niño de tu sangre
gotas de una palabra inquieta
Devoras con el ojo
que no envejece
las historias
la compasión inútil
la corrupta ocupación
de las monedas,
la culpa inmune
¿Dónde está tu madre?
El beso
tu tribu,
esa falda de cenizas,
que atormentan
la luz inicial
de tus pies ariscos.
Vives en las alas
la dicha desnuda
de un juego.
©Luis Alberto Ambroggio (
LA AVIDEZ DE LAS RAÍCES
El deseo es un paraíso a la vista
mientras no desfraude la ventana
ni nos tiente el roce
o la intrigante calidez de la memoria.
Desteñida y estridente,
en las riberas y los tiempos,
vibra la voz antigua y nueva
de los vestigios y las cartas.
¿Por qué no ser feliz,
colibrí al borde
yendo sin volver, o saltando
en el lugar preciso de la existencia?
Pero el encanto de la historia conjura
sus ambigüos márgenes en alas, esqueletos,
acaso el hábito elocuente de las fotos.
El deseo y el olvido se paracen
en el genealogía de sus gritos.
Me libero hundiéndome en la vida,
la tierra madre,
la que es más que viento,
sombra, eco, promesa,
la que es,
el jardín sin las piedras.
©Luis Alberto Ambroggio (
DESEO
Ser un pájaro,
o mejor no un pájaro,
sino un árbol
para vencer
la distancia
y estar los dos
en un lugar
volándonos quietos
debajo de las hojas
y las plumas.
©Luis Alberto Ambroggio (
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